Si bien es importante afrontar cuando nos equivocamos o fallamos, también es relevante saber reconocer nuestras victorias y celebrarlas como se merece, sin perder la humildad y respeto que debe caracterizarnos para resaltar en el mercado.
Las victorias deben afrontarse con madurez, pensando siempre en el camino que aún falta por recorrer; es provechoso dejarnos invadir por la alegría que seguramente sentiremos tras lograr ese triunfo que tanto anhelamos y finalmente conseguimos, sin embargo, no podemos cometer el error de creer que ya todo está resuelto.
Por lo anterior y aprovechando este espacio, quiero felicitar nuevamente a la selección colombiana de fútbol por clasificar a los octavos de final del torneo más importante en cuanto a selecciones se trata, me refiero al mundial de fútbol que se desarrolla en Rusia. Durante el partido contra Senegal demostraron valor, coraje y tal vez lo más importante para alcanzar el éxito, el trabajo en equipo.
El onceno liderado por José Nestor Pékerman nos ha entregado alegrías y tristezas, no hace vibrar con cada pase, cada gambeta y sobre todo con cada gol marcado, no obstante, el próximo encuentro que se llevará a cabo frente a la selección inglesa es un nuevo y difícil reto que nuestros muchachos deben sortear para seguir avanzando en busca del tan deseado premio; ¡la copa mundial!
Sin lugar a dudas y para no extenderme más, quiero dejar en claro que lo que ha hecho nuestra selección es sinónimo de empuje y valentía, demuestran el talante de nuestro país y lo importante de no rendirse nunca, claramente nos envían un mensaje de pujanza y continuidad, virtudes esenciales en todos los aspectos de nuestra vida, así mismo, nos dejan un claro ejemplo a seguir cuando de alcanzar nuestros objetivos se trata.
¡FUERZA MI SELECCIÓN!