Los empresarios más exitosos de la historia moderna como Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg, entre otros, edificaron sus mega-imperios económicos a partir de pequeñas ideas que buscaron solucionar alguna necesidad de la sociedad.
Aunque en un principio muchos de ellos fueron tildados de locos, ilusos, soñadores y demás, el deseo de triunfar y el convencimiento de sus ideales les permitió alcanzar sus sueños, que hoy en día son ejemplos para los emprendedores de todo el mundo.
Para convertir esa pequeña idea en un gran negocio, tuvieron que seguir un proceso que podría esquematizarse de la siguiente manera:
En principio establecieron el servicio o el producto que querían poner en el mercado, ahondando en el “valor agregado” o el factor diferencial respecto de las otras empresas que ya estaban ofertando. Para ello se identificaron los clientes potenciales y las características de los competidores para comprender las necesidades del comprador y las debilidades del servicio o producto existente y así mejorar la estrategia de producción, precios, distribución, entre otros.
Acto seguido buscaron la forma de financiar su idea para volverla tangible en la realidad, y finalmente identificaron concienzudamente a los miembros que podrían aportar en el desarrollo del negocio con su inclusión dentro de la organización.
En el contexto colombiano, el ejemplo más claro de éxito a partir de una pequeña idea es la gran red de multiservicios. Su líder, Jaime Esparza Rhénals, formuló un servicio de transacciones formales que fuera útil a la población en su conjunto, especialmente a las personas en condiciones socioeconómicas complejas.
Con la consolidación de una inmensa red en la que los ciudadanos pueden enviar dinero a cualquier parte de Colombia, pagar facturas, realizar trámites financieros, entre otros, las compañías de este empresario les han servido a los clientes para que puedan satisfacer sus necesidades con un bajo valor de transacción, rapidez en el servicio y buena atención por parte de los trabajadores.
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